El suelo pélvico es un conjunto de músculos que tapiza la parte inferior de la pelvis. Subrayo la palabra “músculos”, porque el término “SUELO PÉLVICO” puede llegar a darnos una imagen errónea. Me explico: suelo es algo rígido, duro, no adaptable a lo que tiene encima. En mi opinión, es mucho más correcto llamarlo “DIAFRAGMA PÉLVICO” o simplemente “PERINÉ”. Y es que es importante la terminología que utilizamos para designar sensaciones corporales, porque nos puede hacer vivenciar o interiorizar partes de nuestro cuerpo de forma erronéa.
Por el contrario, la musculatura del PERINÉ es modificable, y de ello empezamos a ser conscientes durante el embarazo, cuando el útero aumenta su tamaño, y con el crecimiento de nuestro bebé en su interior aumenta la presión intraabdominal. Es en ese momento, cuando las visitas frecuentes al aseo nos hacen tomar consciencia de que algo no funciona igual de bien que lo hacía antes. En el postparto, la musculatura tiene que volver a recuperar su función, y le será más fácil cuánto mejor preparada esté.
¿Cómo cuidar el Suelo Pelvico en el Posparto?
Lo ideal sería empezar a trabajar nuestro suelo pélvico antes o durante el embarazo (igual que tomamos ácido fólico), ya que muchas problemas en el postparto surgen por una falta de tonicidad previa (que pudo ser perfectamente asintomática), que con el embarazo y el parto se hacen patentes
No obstante, si estás en el postparto, pero no has trabajado tu periné hasta este momento, no te preocupes. Será importante hacer un trabajo extra de concienciación, pero se puede conseguir una mejoría igualmente. La clave es no resignarse a que “como hemos dado a luz, tendrá que ser así”.
Los problemas más frecuentes que pueden surgir, derivados de una disfunción del suelo pélvico, son los siguientes:
- Incontinencia de esfuerzo: pérdidas de orina ante esfuerzos como tos o estornudos.
- Incontinencia de urgencia: ganas incontrolables de orinar.
- Descenso de órganos como la vejiga, el útero o el recto, que pueden estar asociados o no a incontinencia.
- Molestias en las relaciones sexuales como consecuencia de partos traumáticos o episiotomías.
- Hemorroides, incontinencia de gases o fecal
Los ejercicios de Kegel (o ejercicios de contracción-relajación), son fundamentales para empezar a estimular la contracción muscular. Para empezar, te propongo dos ejercicios sencillos que puedes practicar tanto si estás embarazada, como si ya has dado a luz. La forma más fácil de practicarlos al principio es tumbada boca arriba. Según vayas notando que la musculatura se va recuperando, puedes realizarlos sentada e incluso de pie, para aumentar la dificultad.
- Toma aire y al soltar contrae el periné (teniendo cuidado con no apretar glúteos). En la siguiente inspiración relaja la musculatura todo lo que puedas, y vuelve a contraer en la siguiente espiración. Repite durante 5 respiraciones. Descansa unos segundos y realiza 3 series de 5 contracciones.
- Toma aire, y al soltar contrae el periné. No relajes en la siguiente inspiración. Mantén la contracción durante 5 respiraciones, sin relajar durante la espiración. Descansa unos segundos y realiza 3 series de 5 contracciones.
- Si te sirve de ayuda para imaginarte cómo contraer el periné piensa en la sensación de tener muchas ganas de hacer pis, pero que tienes que aguantar por no haber un baño cerca. Pero es importante no realizar el “pipi-stop”, es decir, nunca debemos interrumpir la micción ya que puede hacer que la vejiga no se vacíe adecuadamente, y aparezcan infecciones urinarias.
Hacer «pipi-stop» está totalmente desaconsejado para tonificar
Las bolas o conos vaginales son otra herramienta a tener en cuenta en la recuperación del suelo pélvico. Cuando se colocan en el interior de la vagina, los músculos del suelo pélvico se contraen de forma refleja para evitar que la pesa caiga. Son un buen complemento a los ejercicios de Kegel, aunque yo suelo recomendar no empezar directamente sin haber tonificado la musculatura anteriormente. El beneficio de los conos vaginales (y también algunas bolas disponibles en el mercado), es que permiten ir graduando el peso, e ir aumentándolo progresivamente. Ya que si ponemos un peso grande desde un principio, puede que no seamos capaces de mantenerlo, y que sea bastante desmoralizante.
Por poner un ejemplo gráfico, imagina que has tenido el brazo vendado y en cabestrillo durante 1 semana. Al quitar la venda, habrás notado cómo la musculatura se ha debilitado en incluso perdido sensibilidad o “propiocepción” (que es la capacidad de saber cómo está colocado una parte de nuestro cuerpo sin mirarla). Para recuperar el brazo empezaríamos con movimientos lentos, contrayendo y relajando la musculatura que queremos estimular, y según vayamos notando que ésta recupera tono, añadiremos algo de peso progresivamente, ¿verdad? Pues pasaría exactamente lo mismo con el suelo pélvico. Primero empezaríamos recuperando la capacidad de contraerse y relajarse, y luego añadiríamos dificultad con las bolas o conos vaginales.
Otro punto importante en el postparto es no empezar a fortalecer la musculatura abdominal hasta que el periné no se haya recuperado, o al menos tenga un mínimo de tonicidad. De lo contrario estaremos aumentando la presión en el interior del abdomen y si, el suelo pélvico no está lo suficientemente activo, pueden aparecer problemas de incontinencia.
Y, por supuesto, es importante no olvidar que mantener una postura adecuada ayuda a nuestro suelo pélvico.
Aunque tengamos un parto por cesárea, no hay que olvidarse de cuidar la musculatura del periné. Aunque en la cesárea la musculatura no se ve sometida al estiramiento que lo hace en un parto vaginal, sí que ha estado 9 meses soportando el aumento de presión intraabdominal que comentaba más arriba. Los ejercicios de Kegel serían igualmente recomendables en este caso.
Por último señalar que, éstas son recomendaciones generales. Si observas algún problema concreto, no dudes en consultarlo con tu ginecólogo, matrona, o fisioterapeuta especialista en suelo pélvico.
¿Has realizado algún programa de preparación durante tu embarazo o ejercicios de recuperación posparto que incluyese la preparación / recuperación del suelo pélvico? ¿Consideras que haya sido de ayuda, o crees que hubiese sido algo prescindible?
Hola Lorena es para recibir el audio,
Marina
Hola Marina,
¿recibiste el correo de confirmación de tu suscripción? Si no lo tienes en la bandeja de entrada, mira en spam. Debes activar la opción «suscribe». Si tienes cualquier problema hazmelo saber en info@fisiobym.com y vemos qué está fallando.
Un abrazo
Hola Lorena, en las clases de preparación al parto hacen mucho hincapié en la necesidad de utilizar un cinturón de postparto, regulable con belcros desde el primer día de dar a luz. ¿Cómo profesional qué opinas? Por otro lado un ginecólogo recomienda el uso de faja tubular.
Gracias
Hola Carolina,
Como Fisioterapeuta que cierto tipo de fajas utilizadas en exceso le dan la señal a la musculatura abdominal de «relájate que ya trabajo yo». Es decir, que pueden llegar a ser contraproducentes para la recuperación de la musculatura abdominal. Mi recomendación si estás embarazada es que empieces a realizar ya desde el embarazo una buena concienciación de suelo pélvico y musculatura abdominal, para que su recuperación sea lo más efectiva posible tras dar a luz. Existe un tipo de ejercicios, llamados «Gimnasia Abdominal Hipopresiva» muy efectivos en la recuperación posparto. Puedes ver tres ejemplos de ejercicios aquí.
Te dejo el enlace de un artículo con el que estoy totalmente de acuerdo de Elena María Pozo Acosta, compañera especializada en Fisioterapia Obstétrica, que se titula «Fajas Posparto: ¿Sí o no?«.
Espero haber contestado a tus preguntas. Cualquier consulta adicional, no dudes en volver a escribirme.
Un saludo
Lorena