Siempre me he considerado una persona muy creativa y tal vez sea esa la razón por la que este tipo de juego me llamase tanto la atención cuando lo descubrí. Me refiero al «cesto de los tesoros». Puede que ya hayas oído este término antes o quizás sea la primera vez que lo oyes. En ambos casos en este artículo quiero presentarte las principales ventajas y todo lo que este tipo de juego puede aportar al desarrollo motriz de los bebés, a la forma de relacionarse con el material, posteriormente a la creatividad e imaginación de los más pequeños, y ya de paso a la nuestra, que también nos viene muy bien.
El cesto de los tesoros se basa en la utilización de objetos cotidianos (pero que sean siempre seguros), de diferentes texturas, formas y materiales. Al principio te costará identificar qué objetos introducir en el cesto, pero pronto agudizarás tu ingenio y verás cómo se te ocurren nuevos elementos para proponerle a tu bebé. En la medida de lo posible, evitaremos los objetos de plástico, ya que es éste es el material del que está fabricados la mayoría de juguetes para bebés. Te doy ideas: una esponja, plumas, pelotas de diferentes texturas, unas anillas de madera de cortina, un peine, un cepillo, piedras o conchas de la playa (previamente lavadas), unas llaves, un bote de crema vacío, una lata de metal, un fular o telas de diferentes texturas, un abanico, un rodillo, una piña y un largo etc. Todos los elementos deben ser de un tamaño suficientemente grande para evitar que se los meta en la boca, pero que puedan ser agarrados por su mano sin dificultad. Este tipo de juego ya puede empezar a proponerse al bebé cuando se mantiene sentado (alrededor de los 6 meses).
Cuando el bebé está jugando con estos elementos, el adulto está al lado, pero no interviene ni propone usos de los diferentes elementos. A menudo esto nos suele costar a los adultos, que solemos tomar un papel más intervencionista en el juego de los bebés. Si nos dedicamos a observar con a
tención cómo se desenvuelve nuestro peque con los diferentes objetos, prontoobservaremos con sorpresa cómo evoluciona en su tipo de manipulación, cómo la mano se vuelve más ágil, perfecciona el tipo de pinza y desarrolla su imaginación (y la nuestra) al utilizar los objetos de forma que a nosotros no se nos hubiese imaginado.
Beneficios que aporta el cesto de los tesoros a nuestro bebé:
– Desarrollo de mano: los objetos que componen el cesto de los tesoros tienen diferentes texturas, volumen, peso, temperatura, y sus manos deben adaptarse a ello. La forma en que el bebé agarra los diferente elementos evoluciona desde la fase de puño (utiliza todos sus dedos para sujetar el objeto), a una pinza entre su dedo pulgar y el resto de sus dedos. Esta pinza irá siendo cada vez más perfeccionada hasta llegar a coger con precisión entre sus dedos índice y pulgar.
– Coordinación oculomanual: o lo que es lo mismo, el nivel de sincronización entre el ojo y la mano. Gracias a ella, los ojos dirigen la atención a la tarea que están realizando las manos, todo de manera coordinada. De esta habilidad depende la destreza manual, tan importante en el aprendizaje de tareas cotidianas como escribir, dibujar, cocinar, mover objetos, etc. Su desarrollo dependerá en gran medida de la posibilidad de experimentación de la manipulación que brindemos a los bebés.
[Tweet «El cesto de los tesoros contribuye al desarrollo de la mano del #bebe y a su coordinación oculomanual»]
– Imaginación y creatividad: soy de la opinión que muchos juguetes para bebés realmente están hechos para gustar a los adultos, que son quienes los van a comprar. Es decir, son bonito y llamativos a la vista, pero ofrecen muy poca posibilidad de experimentación. Es decir, «se lo dan todo hecho» al bebé. Además, a menudo la estimulación auditiva y sensorial que le dan es excesiva y difícil de gestionar para los peques. No me refiero a dejar de usar juguetes convencionales ni mucho menos, pero sí a ofrecer al bebé mayor posibilidad de experimentación, ayudándole a desarrollar su imaginación y creatividad en etapas posteriores.
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