Qué gran reto, ¿verdad? Entender, respetar y acompañar el desarrollo psicomotor del bebé ha sido para mí un desafío en los últimos años, tanto a nivel personal como profesional. Y es que recuerdo que, cuando empecé a interesarme por este apasionante tema, sentía que el desarrollo del bebé se reducía a una serie de tablas donde nos dicen mes por mes qué hitos debe alcanzar nuestro bebé, como si de una carrera a contrareloj se tratase. Estas tablas están bien a modo ORIENTATATIVO, pero lo realmente importante es que acompañemos a nuestro bebé en las diferentes fases del desarrollo, porque TODAS LAS ETAPAS SON IMPORTANTES.
Al escribir el libro «Bebés en Movimiento: Manual de Psicomotricidad para Mamás, Bebés y Cuidadores», hemos querido transmitir la importancia de cada una de las fases, y qué aprendizaje necesita el bebé extraer de ellas. Es indispensable para el adulto entender el porqué de cada etapa tanto desde un punto de vista físico como psicológico para el bebé. Una vez entendidos estos fundamentos, es más fácil respetar las necesidades del bebé. En nuestro libro os damos herramientas sencillas como son el masaje, juegos o el porteo ergonómico para acompañar. Si quieres más información sobre el libro solo tienes que dejar tus datos aquí.
Una de las obras que hemos revisado es el libro «Moverse en Libertad: Desarrollo de la Motricidad Global» de Emmi Pikler. En este libro se habla de un exhaustivo estudio en el que se observó a cerca de 1000 bebés a los que se les permitía moverse en completa libertad, y cómo todos ellos iban alcanzando las diferentes fases por sí mismos (a excepción de un pequeño porcentaje, que presentaban una patología real)
[Tweet «Los bebés no necesitan que les enseñemos a moverse. Los adultos debemos aprender de ellos.»]
Y es que, como ya me habréis oído decir otras veces, los bebés no necesitan que les enseñemos a moverse…somos los adultos los que debemos aprender de ellos. En este libro se muestra de forma fundamentada en la observacion de un amplio numero de bebés, cómo el desarrollo motor forma parte de in proceso fruto de la experimentación. En este aprendizaje no es necesaria la «enseñanza” por parte del adulto. Es decir, el niño aprende a andar y a sentarse aunque no se le siente ni se le lleve de la mano.
En el Instituto de Lockzy (Instituto metodologico de Educacion y Cuidados de la primera infancia) eran acogidos bebés que necesitaban cuidados prolongados fuera de su familia. Los bebés no eran colocados ni estimulados para conseguir posiciones que no alcanzaban por sí mismos, basándose en el hecho de que si no habían llegado a ella por sí mismos porque el grado de maduración neurológica aún no era suficiente. Es importante aclarar que esta ausencia de estimulación no tiene que confundirse con una ausencia de interés por el bebé, sino todo lo contrario. El entorno y los cuidados proporcionados eran totalmente favorables y adaptados a las necesidades de los bebes en cada momento. El uso de ropa adecuada, espacio suficiente y el dejar al niño en completa libertad para moverse, eran la base de este tipo de educación.
Esta forma de entender el desarrollo del bebé y la relación del adulto con el bebé es también la que trasmito en actividades como Masaje Infantil, Fisio-Motricidad para Bebés o Fisio-Gimnasia para Mamás y Bebés.
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